Ante situaciones económicas complejas, la idea de muchas personas recae en solicitar préstamos para pagar compromisos vigentes. Pero, ¿es una buena decisión pagar una deuda con otra deuda?
En términos simples, el pagar una deuda con otra deuda es un plan que financieramente resulta poco eficiente. Aunque es una alternativa que permite salir del apuro, es una medida que a la larga podría resultar una carga mayor.
Por ello, si te encuentras en una situación complicada y has analizado el pedir un préstamo para hacer frente al pago de tus deudas, toma en cuenta estos aspectos.
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Si piensas tomar una deuda para saldar otros compromisos vigentes, lo primero que debes tomar en cuenta es que será una decisión que te permitirá atender la urgencia del momento, pero no la resolverá de fondo. Lo único que lograrás será aplazar la vida de la deuda.
Si esta es una alternativa que contemplas, debes tomar muy en cuenta este aspecto. Sobre todo, que deberás preparar tus finanzas para cumplir con la nueva deuda y los gastos que se derivarán de ella, que en ocasiones se tornarán mayores.
Un elemento muy importante a considerar antes de pedir un nuevo préstamo para pagar deudas vigentes es que la decisión podría resultar más costosa.
No se debe perder de vista que esta decisión representa comenzar desde cero con una nueva deuda, con todo lo que implica. Así, deberás tomar en cuenta que la decisión podría salir más cara debido a que comenzarás a pagar intereses desde cero y se ampliará el tiempo de la deuda, lo que devendrá en pagar un mayor monto al original.
En otras palabras, pagar una deuda con otra deuda no es una idea del todo buena porque se traduciría en tratar de tapar un hoy haciendo otro hoyo.
En mayor medida, pedir un préstamo para pagar otras deudas se presenta como alternativa ante un escenario donde las deudas consumen gran parte del ingreso y va en el sentido de lograr una reestructura en la práctica. Y es que, por ejemplo, al solicitar un nuevo crédito, podrías buscar que la mensualidad sea más baja para sobrellevar el compromiso. Sin embargo, al tomar esta decisión deberás estar consciente del costo derivado de la decisión.
Si algo queda claro, es que para pagar deudas no hay soluciones mágicas. Se necesita compromiso para salir del escenario lo mejor librado.
Antes de pensar en pagar una deuda con otra, analiza otras opciones. Por ejemplo, evalúa si con un buen plan financiero lograrías la liquidez necesaria para hacer frente a tus necesidades y obligaciones de pago.
Para ello, es necesario planificar. Principalmente, armar un buen presupuesto mensual que te permita identificar ingresos y gastos, esto para detectar en qué aspectos podrías hacer ajustes.
Si una vez que realices el ejercicio visualizas que con un plan financiero que se siga al pie de la letra puedes librar la situación, adelante. Siempre será mejor esto, que utilizar nuevas deudas para pagar compromisos vigentes.
Ahora que si tu situación financiera es compleja, existen alternativas como las reparadoras de crédito. En un escenario en el que los ingresos ya no dan para encarar los pagos mensuales, este es un buen camino.
Las reparadoras de crédito ofrecen la posibilidad de negociar el pago con los acreedores, en aras de evitar caer en más problemas. Uno de los principales aportes del modelo, es que ayudan a crear un plan de ahorro para que sea con recursos propios que se liquiden las deudas, sin recurrir a más préstamos.
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